lunes, 6 de julio de 2009

LA REVELACIÓN DE UNA PERSONA MARAVILLOSA



"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz." Isaías 9:6

“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,Y llamarás su nombre Emanuel”, que traducido es: Dios con nosotros." Mateo 1:23


Los evangelios revelan a una persona maravillosa. Esta persona es el Dios eterno cuyo nombre es Jehová en el Antiguo Testamento. Él es el Creador de todo el universo y del hombre. En Génesis 3:15, Él profetizó que un día llegaría a ser la simiente de la mujer. Cuatro mil años después, esa promesa aún no se había cumplido. Finalmente el Señor Jesús vino como simiente de la mujer. En realidad, Él era el propio Dios quien era concebido en el vientre de una virgen humana.


El Dios todopoderoso, Jehová el eterno, el Creador del universo, fue concebido en el vientre de una virgen y nació de ella, lo cual lo constituyó una persona de dos naturalezas: la divina y la humana. Esto significa que El nació como Dios-hombre, es decir, como el Dios completo y el hombre perfecto. En Él vemos a Dios en Su naturaleza y atributos divinos, y al hombre, en la naturaleza y las virtudes humanas. Por tanto, en esta persona, vemos al Dios completo y al hombre perfecto.


Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Juan 10:37-38
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar Juan 12:49.


¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Juan 14:10


Como Dios-hombre, el Señor Jesús llevó la vida de un hombre; no obstante, vivió por Dios y con Dios. Incluso podemos afirmar que Él vivió a Dios y lo expresó en Su humanidad. En el Evangelio de Lucas, vemos a un hombre que vivió en la tierra, lleno de virtudes humanas que expresaban la naturaleza divina y los atributos divinos. En Él, Dios se expresaba en un ser humano, pues la vida que llevaba era la mezcla de la divinidad con la humanidad, una compenetración de Dios y el hombre.


Antes del Señor Jesús, nadie había vivido así. Esta vida no había existido jamás. Por consiguiente, la vida del Señor era única, pues en ella vemos la mezcla de Dios con el hombre. El Señor Jesús llevó esta vida y ministró por medio de ella. En realidad, Su ministerio era simplemente Su vivir. Su vivir era Su ministerio, cuyo fin era cumplir lo que el Antiguo Testamento había presentado acerca de Él en profecías y tipos.

y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 2 Corintios 5:15


De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17


Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 1 Corintios 15:45


Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Apocalipsis 1: 17-18


Después de vivir en la tierra por treinta y tres años y medio, el Señor Jesús sabía que debía ir al monte Moriah para sufrir una muerte todo-inclusiva. El Señor no pasó por una muerte ordinaria; por el contrario, Su muerte fue extraordinaria, pues lo incluyó todo y cumplió lo que Dios exigía para limpiar el universo, poner fin a la vieja creación y llevarla a Su tumba. Después de eliminar la vieja creación, el Señor descansó en la tumba. Por otro parte, mientras descansaba en Su cuerpo de carne, Él, en el Hades, estaba activo en Su espíritu (1 P. 3:18-20). Allí Él proclamó la victoria de Dios sobre Su enemigo, Satanás. Después de que Cristo cumplió el propósito de Dios mediante Su muerte todo-inclusiva, salió de la muerte y se levantó de la tumba. Así llegó a ser el Salvador y Redentor resucitado. Además, en Su resurrección, Él llegó a ser el Espíritu vivificante todo-inclusivo En Su resurrección, Cristo llegó a ser tal persona.
Jesús Rodríguez Marcareño

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